Alteraciones de las uñas y su reconstrucción

La uña es una anejo cutáneo queratinizado cuya evolución en el ser humano, a pasado a sustituir su primitiva función de aprehensión y captura de la presa a otra mucho mucho más específica y actual. Aumentar la sensibilidad del pulpejo de los dedos y permitir trabajos de alta precisión.

Aunque parezca un tema menor, el interés por estudiar la uña, sus funciones y patologías se remonta al siglo II de nuestra era, gracias a Galeno. Pero no fue hasta entrado el siglo XX cuando el conocimiento fue más específico con trabajos científicos que profundizan en el conocimiento de la anatomía, histología y estructuras adyacentes en lo que dermatólogos y podólogos conocemos como unidad ungueal.

¿Cómo crecen las uñas?

En consulta es muy habitual que algunos pacientes nos digan que alguna de sus uñas no crece con normalidad, lo haga muy engrosada o que se les caiga cada cierto tiempo sin ningún traumatismo que lo justifique.

Lo cierto es que en condiciones normales, los factores ambientales influyen y mucho en el crecimiento de las uñas. Por ejemplo, durante las horas del día, en época estival, en personas jóvenes o en mujeres embarazadas el crecimiento es más rápido. Sin embargo, en condiciones contrarias, cuando es de noche, en invierno, en personas de edad avanzada, etc. el crecimiento se ralentiza.

Aunque lo que nos ocupa, son las condiciones adquiridas cuyo impacto se visualiza en las láminas ungueales. Por ejemplo, personas con psoriasis o hipertiroidismo son algunos ejemplos que aceleran el crecimiento ungueal. Por contra, el tratamiento con quimioterapia en pacientes con cáncer, la malnutrición, en pacientes con déficit circulatorio incluso en mujeres lactantes el crecimiento es menor.

Nos dicen también que «ha perdido su color rosáceo», y esto es debido a que el color que todos identificamos como normal se lo da la circulación sanguínea que discurre por los capilares presentes en el lecho de la uña. Cuando la uña se desprende o está engrosada el tono cambia.

¿Qué ocurre cuando las uñas sufren traumatismos?

Los traumatismos, especialmente microtraumatismos repetitivos como los que se experimentan durante la práctica deportiva, como el running, especialmente en carreras de montaña, tienen un impacto que va más allá del propio crecimiento ungueal.

Tanto si hablamos de un golpe contundente directo, como si es causado por un calzado excesivamente ajustado o por el gesto deportivo, pueden ocurrir fundamentalmente dos cosas:

  • Que la alteración sólo afecte a la lámina ungueal (la uña). En cuyo caso podemos recuperarla.
  • Que el traumatismo haya afectado a la matriz ungueal alterándola de manera irreversible, en cuyo caso los efectos quedarán reflejados en la uña con casos como un engrosamiento excesivo, cambios en la dirección normal de crecimiento, etc.

¿Podemos curar una uña enferma que no crece con normalidad?

En estos casos lo habitual es encontrarnos en consulta con hipertrofias del lecho ungueal (adjunto imagen).

Cuando una uña deja de ejercer presión sobre la piel que hay bajo ella, ésta tiende a ocupar el espacio libre que antes era «propiedad» de la uña. Esta alteración va a tener un lógico impacto en el normal crecimiento de la uña que podemos tratar en consulta.

En estos casos realizamos una necesaria reconstrucción ungueal mediante un gel de uso dermatológico, cuya composición carece de elementos tóxicos. Y que, una vez aplicada reproduce fielmente el aspecto, la resistencia y la flexibilidad de una uña natural.

Cuando indicamos el tratamiento, con los controles que realizamos en consulta y sus correspondientes renovaciones, es posible conseguir revertir la hipertrofia del lecho permitiendo que la uña natural ocupe de nuevo su lugar.

En Pie y Salud somos formadores desde hace varios años para muchos podólogos que han acudido a nuestros cursos.

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Javier Ruiz Escobar

Podólogo colegiado 2435

Pie y Salud Podología. La Vall d’Uixó (Castellón).

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